el
divorcio una plaga destructora
Mateo 19.4-9; Mr 10.11-12; Lc 16.18).
Estas costumbres de divorcio sin duda prevalecían en las tierras gentilicias en tiempos del Antiguo Testamento. Fue por esta razón que la ley de Moisés limitaba el poder del marido para divorciarse de su esposa, pues debía darle una Acta de Divorcio escrita (Deut.24:1). La costumbre judía del divorcio es superior a la arábica.
Es importante recordar que el pecado
de adulterio no tenía nada que ver con el asunto del divorcio bajo la ley judía.
Ese pecado castigado con la muerte (Lev. 20:10, Deut. 22:22), por
apedreamiento,
Si un esposo encontraba algo indecente
en su esposa, podía darle una carta escrita de divorcio, lo que hacía posible
que se casara con otro hombre (Deut. 24:2). Un hombre culpado infidelidad era
considerado como un criminal sólo cuando había invadido los derechos de otro
hombre.
El profeta Malaquías enseña que Dios
aborrece el divorcio y condena severamente a un hombre cualquiera que obró
traicioneramente con la mujer de su pacto (Mal. 2:14.16). Tal fue la actitud
del pueblo hebreo en el asunto del divorcio. El Señor Jesús quitó todas las
causas del divorcio bajo la ley,
Juan el Bautista también sostuvo estrictas
convicciones sobre la fidelidad en el matrimonio. Él criticó fuertemente a Herodes
Antipas por divorciarse de su esposa y casarse con Herodías. Ella había sido
antes la cuñada de Herodes.
La condenación pública de Herodes Antipas hizo que
Juan fuese arrestado y finalmente decapitado (Mr 6.14-29).
En Marcos 10.2 y en Mateo 19.3